
Sobre el telon de fondo de un Afganistan respetuoso de sus ricas tradiciones ancestrales, la vida en Kabul durante el invierno de 1975 se desarrolla con toda la intensidad, pujanza y colorido de una ciudad confiada en su propio futuro. Este libro es la conmovedora historia de dos padres y dos hijos, de su amistad, y de como la casualidad puede convertirse en un hito inesperado en nuestro destino.
Khaled Hosseini nació en Afganistán y en 1980 obtuvo asilo político en Estados Unidos. En la actualidad vive en California, donde ejerce la medicina. Anteriormente publicó numerosas historias cortas. Cometas en el cielo es su primera novela y está publicada en once idiomas.
Llamada en la antigüedad Ariana, el territorio de la actual Afganistán formó parte del Imperio persa Aqueménida, del reino helenístico de Bactriana, del Imperio Kushān, y del Imperio Persa Sasánida. Después de la desaparición del reino helenístico, el país abrazó el budismo y el hinduismo como religiones. Posteriormente ambos se vieron desplazados en favor del zoroastrismo (tanto en Irán como en Afganistán). Más tarde se convirtió al Islam con la llegada de los musulmanes árabes en el año 636 d. C.
A lo largo de los siglos IX y X, la zona occidental del país, integrante de la región histórica de Jorasán, formó parte de un Irán cada vez más independiente de los califas de Bagdad, bajo las dinastías Tahirí, Saffarí y Samaní. Es la época del esplendor Islámico en la economía y en la cultura, que en todo el Irán Histórico, desde Bagdad hasta Samarcanda, dará lugar a numerosas capitales prósperas y muy pobladas por las que transcurría la Ruta de la Seda, así como a numerosas figuras como Avicena y Algazel en filosofía, Al-Razi y Al-Nafis en medicina, Al-Khwarizmi y Al-Biruni en matemáticas, Omar Khayyam y Firdusi en literatura, Al-Jazari en ingeniería, etc., aunque casi todos ellos se dedicaban a múltiples disciplinas, con una erudición extraordinaria. En el año 977, Sebük Tegin, un vasallo de los Samaníes, se estableció como gobernador en la región, dando origen a la dinastía Gaznawí, y su sucesor Mamud se independizó y estableció un gran imperio con base en Gazna, extendiéndose por Jorasán, Afganistán y el noroeste de la India, realizando más de 50 expediciones de conquista y saqueo sobre ésta última, y dando origen a un período de gran esplendor económico y cultural en la capital Gazna. Posteriormente, con la llegada de los turcos selyúcidas, se produce la pérdida del Jorasán. En el siglo XII, la dinastía de los Gaznawíes es sustituida por la de los Guríes, y a principios del siglo XIII, por la de los Sahs de Jorezm.
En 1220 comienza la etapa afgana de las invasiones del Imperio mongol, que arrasan numerosas ciudades y destrozan a la población y la economía de la región, tras lo cual se produce una creciente nomadización de la Persia histórica, incluyendo Afganistán. Como consecuencia de dichas invasiones, se establece en estas tierras el dominio de los mongoles de Chagatai. A finales del siglo XIV, Tamerlán conquista el país, ejerciendo un dominio que se prolongará precariamente hasta mediados del siglo siguiente, con continuas luchas entre sus sucesores.
El establecimiento de actual Estado de Afganistán se produce en 1747.
A partir de 1837 empieza la influencia británica en Afganistán. El 19 de agosto de 1919, durante la Guerra Anglo-Afgana, el país obtuvo su independencia del Reino Unido.
En 1973 un golpe de estado derribó la monarquía y proclamó la república. Cinco años más tarde se instaló un gobierno comunista, pero la actividad de la guerrilla islámica provocó la intervención Soviética que sólo terminaría en 1989 gracias a influencias externas. Entonces se reanudó la guerra civil y en 1996 los talibanes entraron en Kabul e impusieron un régimen basado en la Sharia. En 2001, tras los atentados del 11 de septiembre en Estados Unidos, una coalición internacional invadió el país y derribó el régimen talibán.
En diciembre de 2001, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorizó la creación de una fuerza compuesta por tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que asistió al gobierno del Presidente Hamid Karzai a establecer la dirección de autoridad de la nación.
En la actualidad, ni los esfuerzos de la OTAN ni las tímidas acciones del gobierno de Karzai han conseguido estabilizar el país, que se encuentra inmerso en una situación de guerra constante desde el comienzo de la invasión por parte de la coalición militar liderada por los Estados Unidos.
Las mujeres deben taparse la cara para poder ver a un hombre que no es su marido ni su hijo. Para ello se cubren con el burka (pieza de tela que cubre la cabeza y deja sólo una rejilla de tela para ver). No pueden salir solas de casa, razón por la cual en la guerra varias mujeres murieron de hambre. El 80% de las mujeres sufre violencia doméstica, conducta que no está penada en Afganistán, al igual que en Arabia Saudita.En 2007, Afganistán tenía una población de 31.889.000 habitantes. La esperanza de vida es de 43 años. El 36% de la población está alfabetizada. El promedio de hijos por mujer es de 6,64, una de las tasas más elevadas del mundo, lo cual está provocando un crecimiento poblacional nunca visto en la historia del país.
Afganistán es un país multilingüístico, multiétnico y multicultural, y además está en una encrucijada entre el este (China), el sur (Asia meridional, incluido Pakistán), el oeste (Oriente Medio, incluido Irán) y el norte (grupo de países de la antigua URSS). También fue un antiguo punto de encuentro del comercio y migración. A lo largo de la historia, la región de la moderna Afganistán fue invadida por varios pueblos, que incluyen los persas, griegos, árabes, turcos, mongoles, británicos, soviéticos, y actualmente por la coalición liderada por EE. UU. en 2001.
La población de Afganistán está dividida en un gran número de grupos étnicos. Como no se ha llevado a cabo un censo sistemático en el país últimamente, no hay disponibles cifras exactas del tamaño y composición de los variados grupos étnicos. Por lo tanto, la mayoría de las cifras son sólo aproximaciones. Según el CIA World FactBook (actualizado el 17 de mayo de 2005), la distribución de grupos étnicos es el siguiente:
Los idiomas oficiales de Afganistán son el persa afgano o dari (hablado por el 50% de la población), y el patán (en inglés pashtun) (hablado por el 35% de la población). Otras lenguas incluyen idiomas turcos (entre ellos, uzbeko y turcomano o turkmeno [hablado por el 11% de los habitantes]), así como 30 lenguas menores. El bilingüismo es común, y ésta es una de las razones por las cuales los porcentajes resultan variables.
Religiosamente, los afganos son predominantemente musulmanes (de entre los musulmanes, aproximadamente 80% son sunníes y 20% son chiíes). Hay también minorías budistas, hinduistas y sijs. Una minoría judaísta milenaria se ha reducido desde hace algunos años. Muchos de estos judaístas huyeron en los noventa (durante la guerra civil y durante el régimen islamista radical de los talibanes) hacia los países vecinos, a Europa y al continente americano. Con la caída de los talibanes, un número de sijs y judaístas han retornado a la provincia afgana de Ġaznī.
Durante los últimos años, Afganistán se ha mantenido fuera de la lista de países ordenados según su Índice de Desarrollo Humano elaborada por la ONU, debido a que no es posible recopilar datos suficientes para una correcta clasificación. En todo caso, cabría esperar que Afganistán fuera el último en dicho ranking, dado su escaso desarrollo económico y social.
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