3º LIBRO DE LA TEMPORADA (2013-14). "LA SONATA A KREUTZER", de León Tolstoi..


“Sonata a Kreutzer” es una obra de una intensidad subyugadora, una de esas obras cuyo crescendo arrebata al lector, que se ve incapaz de abandonar la obra hasta no concluir su lectura. Enhebra además, junto a esa fuerza del argumento, una serie de razonamientos tan certeros que son un puntal fundamental para crear el asombro del lector: asombro ante lo que narra la obra, asombro ante unos razonamientos cuya lógica evidente permitimos que se oculte bajo los buenos modos de nuestra vida ‘civilizada’.

En esta brevísima novela, Lev Tolstói nos relata la historia de Pózdnyshev, un hombre que se casa enamorado y dispuesto a llevar una vida de tranquila felicidad doméstica. Pero las dulzuras de la luna de miel pronto dejan paso a la rudeza de la vida cotidiana, cuando el amor se quita la máscara y queda la descarnada realidad. Cuando por último entran en escena los celos, el final trágico se precipita: Pózdnyshev quitará la vida a su mujer.
Una reflexión apunta, no obstante, entre el relato de los acontecimientos. Y es que la esposa de Pózdnyshev, hermosa, liberada por los médicos del peligro de la maternidad, vuelve a ser un bocado apetecible, no sólo para su esposo. La idea de que pueda gozar de placeres sensuales con otro, liberada del temor de engendrar un hijo fuera del matrimonio, enerva a un marido que, por una vez, teme a una mujer dueña de su sexualidad.

En resumen, una obra que invita a reflexionar sobre el papel de la sexualidad en las relaciones entre hombres y mujeres, enseñándonos que, en algunos sentidos, poco han cambiado a pesar del paso del tiempo.

  Novelista ruso, profundo pensador social y moral, y uno de los más eminentes autores de narrativa realista de todos los tiempos. Hijo de un terrateniente, nació en Yasnaia Poliana, la propiedad agrícola de su familia, al sur de Moscú. Quedó huérfano a los nueve años, y se crió con unos parientes. Tuvo tutores franceses y alemanes y, a los 16 años, ingresó en la Universidad Kazan, donde estudió, primero, lenguas y más tarde, leyes. Influido por los escritos del filósofo francés Jean Jacques Rousseau, fue presa de una creciente insatisfacción hacia sus estudios, y los abandonó en 1847. Después de un breve y fútil intento por mejorar las condiciones de vida de los siervos de sus tierras, se zambulló en la disipada vida de la alta sociedad aristocrática moscovita, a la que en sus diarios prometió cándidamente reformar. En 1851, se reunió con su hermano en el Cáucaso, donde su regimiento se encontraba acampado y, tras una breve permanencia, decidió incorporarse también al ejército. En el Cáucaso entró en contacto con los cosacos, que se convertirían en los protagonistas de una de sus mejores novelas cortas, Los cosacos (1863). En ella compara el cansancio y la ñoña juventud moscovita con el vigor y la vida al aire libre de los cosacos, que retrata con simpatía y un profundo realismo poético. En el tiempo que le dejaban libre las batallas con las distintas tribus de las colinas, concluyó una obra autobiográfica, Infancia (1852), a la que siguieron otras dos, Adolescencia (1854) y Juventud (1856), en las cuales reveló, sin retórica ni sentimentalismo, una serie de recuerdos de carácter psicológico similares a los de la mayoría de los jóvenes. Estas obras recibieron una inmediata y calurosa acogida por parte del público, del mismo modo que Sebastopol (1856), tres historias basadas en la guerra de Crimea, que constituyen una soberbia exposición de la horrible realidad de la guerra y una descalificación del falso heroísmo de los mandos militares en contraste con la valentía de los soldados comunes. Tolstoi regresó a San Petersgburgo en 1856, y se sintió atraído por la educación de los campesinos. Durante sus viajes por el extranjero (en 1857 y 1861), visitó escuelas alemanas y francesas y, más tarde, abrió en Yasnaia Poliana una escuela para niños campesinos en la que aplicó sus métodos educativos, que anticipaban la educación progresista moderna. En 1862, se casó con Sonia Andréievna Bers, miembro de una culta familia de Moscú. Durante los siguientes quince años formó una extensa familia, administró con éxito sus propiedades y escribió sus dos novelas principales, Guerra y Paz (1869) y Ana Karenina (1877).

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